Es por lo que siento este cumpleaños diferente y aunque sepa que estaré en tus pensamientos allá donde estés, el vacío que me aflige y asola, no deja de hacerme desdichado, aunque sea de nuevo el momento en el que te tenga que seguir agradeciendo mi existencia.
Yo hoy no sería nada, apenas una mota en el universo, si tú no me hubieras gestado y alumbrado aquel veintisiete de abril de hace ya más años de los caben encuadernados en el libro de mis memorias.
Y es ahora este recuerdo el que me sirve de aliento para apagar las llamas de las velas de mi aniversario, con el deseo de tu descanso en ese lugar por ti tan deseado, buscado y sobradamente merecido, tras tu ejemplar paso por la vida.
Recojo tu abrazo y el regalo de tenerte siempre en mi memoria, para alentar mi ánimo y conseguir con ello disfrutar de este cumpleaños como si aún estuvieras a mi lado.
